Хитроумный идальго Дон Кихот Ламанчский / Don Quijote de la Mancha | страница 34



–Has de saber ―dijo don Quijote― que jamás ha visto una carta mía, y que nuestros amores han sido siempre idealizados, y te juro que en doce años que la quiero la he visto cuatro veces y ella sólo me ha mirado; tal es la modestia y el recogimiento con que sus padres Lorenzo Corchuelo y Aldonza Nogales la han criado.

–¡Tate! ―dijo Sancho―. ¿La hija de Lorenzo Corchuelo es la señora Dulcinea del Toboso, llamada también Aldonza Lorenzo?

–Esa es ―dijo don Quijote―, y es la que merece ser señora de todo el universo.

–La conozco bien ―dijo Sancho―, y sé que tiene la fuerza de un hombre. ¡Vive Dios!, que es una moza de pelo en pecho[106]. ¡Qué fuerza y qué voz! Dicen que un día se subió al campanario del pueblo para llamar a unos mozos que estaban a más de media legua y la oyeron como si estuvieran junto a la torre. Y lo mejor que tiene es que es muy divertida y graciosa. Ahora digo, señor Caballero de la Triste Figura, que me gustaría estar ya en camino para verla, porque hace mucho tiempo que no la veo, aunque debe de estar muy cambiada, porque el aire y el sol del campo estropean mucho la cara. Y digo que hasta hoy era yo un ignorante, porque pensaba que la señora Dulcinea era alguna princesa que mereciera los regalos de su amor.

–Ya te he dicho, Sancho ―dijo don Quijote―, que eres muy hablador, y aunque eres un poco torpe, a veces te pasas de ingenioso. Y has de saber, si no lo sabes ya, que solo dos cosas llevan a amar: la hermosura y la buena fama, y estas se dan sobradamente en Dulcinea, porque en hermosura ninguna la iguala, y en la fama, pocas le llegan.

–Digo ―dijo Sancho― que tiene vuestra merced razón en todo, y que yo soy un asno. Así que venga la carta, que me voy.

–Escucha, que dice así ―dijo don Quijote:

CARTA DE DON QUIJOTE A DULCINEA DEL TOBOSO

Soberana y alta[107] señora:

El herido por vuestra ausencia en el corazón, dulcísima Dulcinea del Toboso, te envía la salud que él no tiene. Si tu hermosura me desprecia, si tu valor no es para mí, si tu indiferencia me aleja de ti, aunque yo sea bastante sufrido, mal podré aguantar esta pena que, además de fuerte, es muy duradera. Mi buen escudero Sancho te dará entera relación[108], ¡oh, bella ingrata[109], amada enemiga mía!, del modo que por tu causa quedo: si quieres socorrerme, tuyo soy; si no, haz lo que más te guste, que yo con dar fin a mi vida habré cumplido con tu crueldad y con mi deseo.

Tuyo hasta la muerte, el Caballero de la Triste Figura