Зачарованные камни | страница 43
¡Cuéntame!
7
Octubre de 1997
Gracias por tu carta, que me tomó completamente por sorpresa. Me he mudado en tres ocasiones durante los últimos meses, pero por fortuna la persona que pasó a ocupar mi penúltimo apartamento — adonde llegó tu carta — es una amiga de amigos, y me la reenvió.
Quieres saber si ha habido muchos cambios en mi vida. La respuesta es sí y no. He dejado a Jeff y ahora vivo sola, lo que es, créeme, una mejora. Es la primera vez que me siento totalmente independiente, y, aunque al principio me sentía un poco extraña, ahora adoro ni soledad. No sé si algún día decida vivir otra vez con alguien, pero por de pronto quiero disfrutar de mi emancipación. También he cambiado de trabajo, y esto es otra mejora, porque gano mucho más dinero y detesto menos el nuevo trabajo que el anterior. Aparte de esto, todo sigue igual. Me pides que te cuente cómo son mis semanas aquí. La pregunta suele ser, cómo son tus días, y si me hubieras preguntado eso quizá mi respuesta habría sido que mis días no se parecen entre sí. Pero al pensar en mis semanas, gracias a tu pregunta, he podido ver que siguen cierta norma. Para darte una idea más clara del asunto, me he tomado la molestia de revisar los recibos que he guardado últimamente. He aquí, en esquema, mis actividades durante la primera semana de este mes.
Clases de danza: cuatro, sesenta dólares. Un espectáculo de danza: veinte dólares. Películas: dos, dieciséis dólares. Cenas: cuatro, cien dólares. Un club nocturno: cincuenta dólares. Una clase de meditación: quince dólares. Galerías de arte: diez, gratis.
Visitar galerías se ha convertido en uno de mis pasatiempos favoritos. Además de ser gratis — cosa muy importante para alguien como yo — me encanta el ambiente que se crea alrededor de las obras de arte. Por mucha confusión que exista actualmente acerca del arte, cada quien tiene sus propias ideas acerca de lo que es una obra de arte, y eso, me parece, es lo que cuenta. Hay en algunas obras raras como un residuo de lo religioso — pero sin ningún elemento didáctico, de modo que tú puedes ponerte en contacto directamente con el espíritu creador. Desde luego que hay incompetentes y charlatanes por todas partes y abundan los artistas falsos y por cada uno que es auténtico hay cien que se engañan. Pero si tienes suerte y tu artista sabe lo que hace, unos minutos de contemplación pueden bastar para darte tanta felicidad como cien sesiones de, digamos, meditación trascendental.